La prótesis total de cadera es uno de los mayores adelantos de la cirugía ortopédica de este siglo. El Dr. Gabriel Martínez Lotti y Dr. Fernando Bonetto del Centro de Ortopedia y Traumatología , nos explican cuándo es necesaria la prótesis de cadera y en qué consiste esta intervención quirúrgica.
El pionero en su diseño y utilización fue Sir John Charnley, un cirujano ortopédico inglés que, con la colaboración de un equipo de ingenieros, desarrolló la técnica y los materiales utilizados en la prótesis de cadera. Esta técnica supone la sustitución de una articulación artrósica o lesionada por una articulación artificial denominada prótesis.
¿Qué es una articulación?
Es una estructura del organismo donde encajan dos huesos. En el caso de la cadera, se trata del hueso del muslo, fémur, cuyo extremo superior es una esfera, que encaja en una cavidad situada en la pelvis que se llama cótilo. Los extremos de los huesos que forman una articulación están recubiertos por un material liso y brillante denominado cartílago articular. Ese material amortigua las fuerzas que actúan sobre el hueso subyacente y permite que la articulación se mueva fácilmente y sin dolor. Además, la articulación se halla rodeada por una cápsula, recubierta en su interior por una fina membrana denominada sinovial. Ésta produce un lubricante (el líquido sinovial) que busca disminuir la fricción y el desgaste de la articulación. A su vez, los huesos están unidos por ligamentos que mantienen la estabilidad de la articulación. Envolviendo la articulación hallamos músculos y tendones que también ayudan a su estabilidad y permiten su movimiento.
La prótesis total de cadera es uno de los mayores adelantos de la cirugía ortopédica de este siglo.
¿Por qué es necesaria una prótesis total de cadera?
La razón más frecuente para colocar una prótesis total de cadera es el dolor y la incapacidad generados por un daño severo de la articulación. Las superficies de la articulación pueden estar dañadas por la artrosis, que produce un desgaste del cartílago articular. Otra causa de daño severo es la artritis reumatoidea. En esta enfermedad, la membrana sinovial produce unas sustancias químicas que atacan la superficie articular y destruyen el cartílago articular.
Debido al dolor y a la rigidez, el paciente evita utilizar la articulación: los músculos que rodean la articulación se debilitan y esto contribuye a dificultar la movilidad de la cadera. Cuando la destrucción articular es importante, una prótesis total de cadera puede permitir al paciente volver a sus actividades diarias.
El diagnóstico de la artrosis o de la artritis reumatoidea incluye anotar los síntomas del paciente, realizar una exploración física, pruebas de laboratorio y radiografías que muestren la extensión del deterioro articular. Una vez hecho el diagnóstico, la posibilidad de colocar una prótesis se considera después de que el tratamiento no quirúrgico u otras alternativas quirúrgicas hayan fallado, sin conseguir eliminar el dolor y la incapacidad.
¿Cómo se coloca una prótesis total de cadera?
Es una técnica quirúrgica. Con el paciente bajo anestesia, el cirujano sustituye la articulación dañada por unos componentes realizados con materiales artificiales. El extremo superior del fémur es sustituido por una esfera metálica unida a un vástago que se inserta dentro del hueso. Se implanta una cúpula de plástico en la cavidad esférica de la pelvis que está dañada. Una prótesis también puede implantarse en otras articulaciones, las que se reemplazan más a menudo son la cadera y la rodilla.
Los materiales utilizados están diseñados para permitir una movilidad similar a la de la articulación humana. Los componentes artificiales suelen estar compuestos por un elemento metálico (acero inoxidable, o aleaciones de cobalto, cromo y titanio) que encaja exactamente en un elemento de plástico, el cual es polietileno: extremadamente duradero y resistente al desgaste. Normalmente, se utiliza cemento para fijar el componente artificial al hueso. También existen prótesis no cementadas que se encajan directamente en el hueso.
“El mayor beneficio es la desaparición del dolor… La fuerza muscular suele recuperarse y la movilidad frecuentemente mejora.”
El período de recuperación tras una prótesis total de cadera varía, dependiendo del paciente. En general, se le anima para que utilice la articulación poco después de la intervención. El paciente puede colocarse de pie y deambular en pocos días. Un fisioterapeuta suele instruirle para usar muletas.
Los beneficios de esta intervención quirúrgica.
El mayor beneficio es la desaparición del dolor. Algunos pacientes notan alguna molestia en la articulación operada tras la intervención y puede prolongarse durante algunas semanas o meses. Estas molestias son debidas a la cirugía y a que los músculos que rodean la articulación están debilitados por la inactividad. La fuerza muscular suele recuperarse cuando el dolor desaparece y la movilidad de la articulación frecuentemente mejora. El grado de recuperación depende de lo rígida que estuviera la articulación antes de la intervención.
¿La prótesis total de cadera es definitiva?
La mayoría de las personas ancianas no deben recambiar la prótesis durante el resto de su vida. Les proporcionará años sin dolor, cuestión que de otro modo no logramos conseguir. Sin embargo, los jóvenes, más activos, probablemente deban ser sometidos a una segunda intervención para cambiarla. El material y las técnicas quirúrgicas mejoran rápidamente gracias a los cirujanos ortopédicos que trabajan con ingenieros y otros científicos. El futuro es prometedor para quienes necesitan una prótesis total de cadera.
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